¿Sirve de algo ir a terapia de pareja? ¿Merece la pena probar ir al psicólogo online?

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Elena y Marcos inician una terapia de pareja, pero no están convencidos de que les vaya a solucionar su problema. Clara y Alberto llevan ya algún tiempo con una evolución muy positiva. Olga y Eduardo habían justo empezado la suya antes del confinamiento y la han interrumpido por el mismo. Natalia y Roberto acaban de concertar una cita.

¿Qué tienen todos ellos en común? Las ganas y la necesidad de solucionar su problemática. Hay distintos grados de “creencia” en la utilidad, sin embargo, como siempre les digo, no es necesario que crean, pero si es necesario es que deseen efectuar un cambio. ¿Es útil?

El éxito de la terapia de pareja depende de muchos factores entre los cuales se incluyen: la habilidad del terapeuta, el tipo de terapia aplicada, el compromiso desarrollado por los pacientes y todos los factores externos o circunstanciales. Todo esto hace que el resultado pueda variar entre el 70% y el 90% de éxito, es decir, la inmensa mayoría de las parejas que acuden a consulta con un problema de pareja lo resuelven.

¿Cómo es la terapia de pareja, ya sea presencial o a distancia?

Depende del psicólogo y de su orientación terapéutica y, por supuesto, de cada pareja, qué busquen, estado de la relación, compromiso de cada uno de ellos… Generalmente, en la primera entrevista acuden ambos miembros de la pareja, se evalúa cuál es el problema y se establecen tanto los objetivos generales como específicos.

En las dos siguientes sesiones se ve a cada miembro de la pareja por separado, para explorar cuál es la situación de cada uno y cómo la vive. En esta sesión se aprovecha para hacer una pequeña evaluación de pareja.

terapia individual o de pareja

En la cuarta sesión o sesión de devolución se ven los resultados de la evaluación, se aconseja si es mejor hacer sólo terapia de pareja o si es necesario intercalar con sesiones individuales y con qué frecuencia, si la terapia individual es para uno o ambos miembros o si difícilmente una terapia de pareja les va a ser útil.

A partir de la quinta se aborda toda la problemática de la pareja, empezando por aquello que el terapeuta considera de mayor relevancia o urgencia.

En terapia se expresan las emociones de forma asertiva, se busca mejorar los patrones de comunicación disfuncionales.

El terapeuta nunca se va a posicionar de ningún lado, si no que va a mantener la neutralidad.

¿Cuánto dura el tratamiento de terapia en pareja?

Es difícil dar tiempos puesto que, si una persona es un mundo, una pareja es un universo.

En general, la duración de la terapia depende de:

  • Tipo de terapia
  • Objetivos de la terapia
  • Necesidades de la pareja
  • Fase por la que atraviesa la pareja
  • Factores externos
  • Colaboración y/o compromiso de la pareja con la terapia
  • Pero, sobre todo, y el más importante. El compromiso que adquiere la propia pareja para avanzar, seguir los consejos de la psicóloga y trabajar para alcanzar los objetivos que se marcan.

Por ejemplo, el objetivo de la terapia de Clara y Alberto es claro, realista y específico: mejorar su comunicación. El objetivo de Olga y Eduardo es claro y realista pero no tan específico, mejorar el afrontamiento de los problemas cotidianos. En ambos casos, la duración podría ser de muy pocas sesiones.

Sin embargo, Elena y Marcos desean recomponer la confianza rota. Esta es ya una cuestión que podría tardar varios meses puesto que se va a necesitar movilizar importantes recursos emocionales de ambas partes; ¿nos sabemos perdonar? Y lo más importante, lejos de los anuncios que nos hablan de lo mucho que hemos aprendido, y de lo mejor que somos ahora, ¿sabemos perdonar al otro?

En cualquier caso, hay que llegar con mente de principiante – uno de los principios básicos del mindfulness- a la terapia de pareja, dispuestos a aprender y teniendo en cuenta que los psicólogos no tenemos recetas mágicas. Tampoco en terapia de pareja online.

Los diferentes tipos de terapia de pareja y en qué consiste cada uno

Hay muchos tipos de terapia de pareja que pueden variar en los métodos usados. Por ello, es importante que la pareja las conozca para ver cuál de ellas se puede ajustar mejor a su tipo de demanda. Algunos de los tipos más frecuentes son los siguientes:

  • Método Gottman: terapia científicamente estructurada que combina intervenciones terapéuticas con ejercicios. Los objetivos son conseguir la comprensión, respeto, empatía y superar las barreras para la autosuficiencia en la relación.
  • Terapia centrada en las emociones: se centra en la comprensión y la gestión emocional. Cada miembro de la pareja discute sus emociones en un ambiente libre de juicios para ganar conocimiento y perspectiva sobre las reacciones emocionales de su pareja. El objetivo es crear un vínculo fuerte entre ellos, aprender habilidades de comunicación efectivas y desarrollar la confianza.
  • Terapia centrada en soluciones: es un tipo muy organizado y orientado a metas, se dirige al resultado deseado y crea un plan estructurado para lograrlo. Provee a los pacientes de habilidades y herramientas que le sirvan para manejar los desafíos de su vida diaria.
  • Terapia cognitivo conductual: la más utilizada. De basa en formar un vínculo fuerte con el terapeuta y explorar la causa primaria del problema. Anima a la pareja a desafiar sus percepciones, creencias, emociones y pensamientos para hacerlo. También, trata la comunicación, la gestión emocional, crear un buen clima en la relación. Es una de las más efectivas y populares.
  • Terapia sistémica: Utiliza técnicas complejas para investigar el rol de la persona dentro de la relación. Ve la relación como un sistema en el que las conductas de cada uno influyen en el otro. Analiza las conductas específicas de los miembros de la pareja y cómo afectan a la relación para transformarlas en otras más adecuadas.

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¿Cómo sé qué tengo que ir a terapia de pareja?

Lo que suele ocurrir es que las parejas no llegan a terapia de pareja cuando se inician los problemas sino cuando la relación ya está muy desgastada y eso es lo que hace que, en ocasiones, se complique la solución. Por ello, no se pueden esperar años hasta llegar a la terapia y hemos de tener en cuenta todo aquello que nos puede indicar que es el momento adecuado para ir a terapia de pareja. Algunos de ellos son:

corazon roto pareja
  • Pérdida de la confianza. Suele ser una de las causas más frecuentes por las que se acude a terapia de pareja. Generalmente, la pérdida de confianza es por una infidelidad sexual, emocional y, últimamente, digital. Pero también mentiras y engaños relacionados con adicciones. Para poder reconstruir la confianza de la pareja es necesario que ambas partes expresen sus puntos débiles y fuertes. Se tiene que establecer una honestidad emocional de manera que el otro no se sienta engañado, para lo cual es necesario ser totalmente abierto.
  • Aumento de las discusiones. Acaba produciendo un ambiente conflictivo en que la relación de pareja se resiente y es difícil llegar a acuerdos provocando incluso la ruptura de la relación. Se puede deber a muchos motivos diferentes; uno de los miembros de la pareja esta pasando por un momento conflictivo, existen puntos de rotura de la confianza que aún no han aflorado o, el más importante, los estilos de comunicación agresivo o agresivo-pasivo. La solución pasa por tratar la causa en terapia.
  • Mala comunicación. Sin duda, el principal problema por el cual se acude a terapia de pareja, seguido de la ruptura de la confianza. La comunicación es deficiente en una pareja no sólo cuando sus estilos comunicativos son opuestos – por ejemplo, uno es asertivo y otro es agresivo – sino también cuando uno de los miembros se siente incomprendido o ignorado, cuando el otro no es empático y no sabe cómo se siente ni lo que le está ocurriendo a su pareja, si existe restricción emocional o más allá incluso, cuando os hayáis convertido en dos “compañeros de piso “ y en el peor de los casos, dos extraños que comparten hijos o bienes. Estos casos se solucionan en su mayoría en terapia de pareja, ya que permiten, en un ambiente controlado, liberar emociones y aprender mejores herramientas para la gestión emocional o para la comunicación, lo cual lleva a mejorar la calidad de la comunicación de la pareja.
  • Problemas con las relaciones sexuales. El tercer problema que más consultas tiene en terapia de pareja. Muchas veces se produce de una forma repentina y, en estos casos y antes de nada, hay que descartar cualquier causa médica que los pudiera originar. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se produce de una forma gradual y se debe a la existencia de un conflicto que hace que uno de los miembros vea sus expectativas incumplidas. Esto genera frustración, acusa al otro de sus propios sentimientos y siente rechazo a la posibilidad de solucionar en la cama lo que no se ha solucionado a lo largo del día. Así se convierte el sexo en una herramienta negociadora.
  • Mi relación no funciona. A veces, es necesaria la terapia de pareja para identificar cuál es el problema de la pareja; un cambio en la dinámica, rencor hacia el otro sin saber exactamente por qué o simplemente hay decisiones del otro que ya no compartimos, hábitos que ya no soportamos. Hemos entrado en una relación que ha dejado de ser sana, que es disfuncional, en la que nadie tiene la culpa, ambos tenéis la responsabilidad de que la relación funcione y, por ello, de la misma forma que irías al traumatólogo si os hubierais roto una pierna, debéis acudir al terapeuta de pareja.
  • No sé cómo decírselo. El entorno de la terapia es un lugar cómodo, pero sobre todo seguro, donde sacar a relucir temas que, de lo contrario, podrían ser difíciles de tratar en casa. En la mayoría de los casos, se trata de miedos percibidos por el miembro de la pareja que tiene la necesidad de contar, pero existen casos realmente complicados como, por ejemplo, si uno de los dos quiere dejar la relación o si uno de los dos quiere tener hijos y es consciente que su pareja no quiere.
  • Un trauma ha hecho que hayáis perdido la capacidad de conectar. Por ejemplo, la mayoría de las parejas acaban rompiendo cuando pierden un hijo, tienen problemas graves de salud – ellos, sus hijos o sus padres -, conflictos con las familias extensas o por problemas económicos importantes. Esto ocurre porque se culpabilizan y parte de esa culpabilización la proyectan a su pareja. Eso crea un clima de resentimiento que hace perder la capacidad para conectar emocionalmente. En esta situación, muchas parejas ni se plantean ir a terapia de pareja porque “bastantes problemas tenemos ya” pero, quizás, sería el entorno más adecuado donde restablecer prioridades, reencontrar su intimidad emocional y obtener fuerza para superar juntos las adversidades.
  • No tenemos buenos hábitos. Puede ser la pauta de sueño, la alimentación, el tiempo que se pasa trabajando, el reparto de las tareas domésticas o la interacción con la familia extensa. Ante todo, debemos saber cómo cada miembro vive todos estos hábitos ya que, cuánto más tiempo lleve instaurado, más difícil será cambiarlo, pero no imposible. Sin embargo, cuanto antes nos demos cuenta, mejor pronóstico.

¿Alguna vez no funciona la terapia de pareja?

Obviamente, al igual que la terapia individual, la familiar o la grupal, acudir al psicólogo en pareja no es infalible y, en algunas ocasiones, puede no funcionar. Algunos de los motivos son:

  • Si el problema lo tiene uno de los miembros, pero no la relación. Es el caso de las relaciones abusivas, de maltrato. Se recomienda terapia individual antes que de pareja.
  • Cuando uno de los miembros viene a la fuerza.
  • Cuando la pareja no se compromete con la terapia y, por ejemplo, no realiza las tareas para casa.
  • Cuando no está clara la finalidad que se persigue visitando al psicólogo, tanto presencial como a distancia.
  • Si no conseguimos crear un espacio seguro para que ambos expresen lo que sientan.
  • Si la pareja no se encuentra a gusto con el terapeuta, lo cual no es tarea fácil. Es muy necesario que exista una alianza terapéutica fuerte basada en la confianza por todas las partes. Aún así, si no ha funcionado, no os rindáis.
  • Uno de los miembros decide romper unilateralmente la relación y usa la terapia como forma de comunicación al otro, con la finalidad de asegurarse de que la otra persona reciba asistencia psicológica.
  • La relación está muy deteriorada.

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Imagen de Maria Dolors Mas
Sobre Maria Dolors Mas Nº Colegiada 17222 con 15 años de experiencia. Especialista en ansiedad, depresión y toda lo relacionado con salud mental de niños y adolescentes.
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