Al igual que los primeros años de vida son muy importantes para el desarrollo el una persona emocionalmente y en función a la creación de su personalidad, también es importante que nos fijemos cómo se desarrolla el niño física e intelectualmente. Si presenta algún comportamiento poco habitual en el desarrollo normal de un bebé podría padecer Síndrome de Angelman.
Creo que mi hijo tiene Síndrome de Angelman: qué es y cuáles son sus síntomas


¿Qué es el Síndrome de Angelman?
El Síndrome de Angelman es una enfermedad que afecta al desarrollo físico y psicológico del bebé, es decir, afecta a su cuerpo y su cerebro. Esta enfermedad se da en el recién nacido desde el principio, pero es entre los 6 y 12 meses cuando se empiezan a notar los síntomas, ya que afectan a factores como el habla.
Se trata de un síndrome genético, dado por la alteraciones de los genes del padre y de la madre en el recién nacido. Aun así, para el diagnóstico del mismo, lo mejor es que acudas a un profesional para que pueda determina cuál es el problema y ponerle nombre.
Síntomas del Síndrome de Angelman
Debemos ser conscientes que los síntomas de este trastorno genético pueden no ser visibles hasta pasados unos meses de crecimiento del bebé, debido a que la sintomatología afecta a cualidades que empiezan a mostrar una vez son más mayores. El Síndrome de Angelman se caracteriza por:
- Problemas en el habla. El niño/a presentará problemas poco comunes en el desarrollo del habla, como por ejemplo hablar poco o no hablar nada.
- Problemas para moverse.
- Problemas para mantener el equilibrio.
- Suele presentar un tamaño de cabeza pequeño.
- Dificultad para dormir o descansar, esto también afectará al niño en el desarrollo de su día a día.
- El niño puede estar muy contento a excitado muchas veces, es decir, mostrar mucha alegría, se ríe con frecuencia.
- Aleteo de manos, también unido a la felicidad que muestra a menudo.
- Sonrisa exagerada.
- Convulsiones a partir de una determinada edad, cuando es más mayor, a partir de los dos o tres años de edad.
- Puede llegar a tener también problemas alimenticios, así como para masticar o tragar.
Estos son algunos de los síntomas propios del Síndrome de Angelman. Sin embargo, como hemos dicho anteriormente, lo mejor es que acudas a un especialista para poder asegurarte de qué se trata, cuál es el problema de tu hijo/a y cuál será la forma más eficaz de tratarlo.

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El Síndrome de Angelman no tiene cura, sin embargo, si existen algunos tratamientos que pueden ayudar a la reducción de los síntomas y la mejora de la calidad de vida del paciente.
Existe medicación que puede ayudar a mejorar tu estado de salud y tu calidad de vida. Siempre bajo la preinscripción de un profesional, el medicamento que existe está destinado a las convulsiones que puede provocar el Síndrome de Angelman a partir de cierta edad.
También realizar con un profesional ejercicios y movimientos corporales será bueno para trabajar la falta de movilidad, el estado rígido e incluso ele equilibrio. Con un fisioterapeuta podrás realizar estos ejercicios que te serán de ayuda de cara a una mejora.
Es beneficioso también que el entorno del paciente sea sano y se encuentre cómodo y seguro. Esto beneficiará mucho en el marco emocional. Aunque esto no se de como factor o tratamiento clave para la mejora de los síntomas, el cómo nos sentimos y como nos tratan, qué relación de confianza establecemos con nuestro entorno será clave para la mejora indirecta de nuestro estado de ánimo y por tanto, de la vida.
Otro de los tratamientos también será la terapia psicológica. Hay que ser conscientes de que las personas que padecen el Síndrome de Angelman les puede costar establecer relaciones y comunicarse con otras personas. Por ello, en psicólogo podrá trabajar con el paciente la comunicación y cómo relacionarse con las personas para que esta pueda mejorar y a él le sea mas fácil establecerla.
También podrán trabajar la gestión de las emociones, de manera que aprendiendo a controlar o saber ver cuáles son estas pueda controlar ciertas situaciones que le puedan resultar complicadas. Así como trabajar en reforzar el resto de factores que la enfermedad dificultad, como puede ser la capacitad de concentración, atención, habla, comunicación, etc.
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