Portada de la revista de la OCU que hacía eco del informe «Menos fármacos, más psicoterapia»

Cada día leemos varios titulares sobre porcentajes de población que cumplen los requisitos propios de ciertas patologías. La ansiedad está en el Top 10 de las más manidas. El estrés, la depresión, adicciones y problemas de pareja están en auge con la crisis y de moda en los titulares de agencias de noticias.

Analicemos un ejemplo. Hace no mucho la OCU nos sorprendía con un estudio sobre consumo de fármacos para paliar los efectos de la ansiedad y la depresión y nos lo presentaba con un suculento título «Menos fármacos, más psicoterapia». La nota de prensa fue rápidamente compartida en todo el entorno psicológico, y posiblemente leída de forma bastante incrédula por psiquiatras y otros profesionales sanitarios.

El informe contenía frases como «Se mire por dónde se mire, tenemos un problema. Las consultas rebosan de casos de ansiedad y depresión. Pero hay que replantearse los tratamientos, porque casi todos están arrinconados por los fármacos«. El informe, que podéis leer aquí: maspsicoterapiamenospastillas, aportaba datos interesantes como el número estimado de enfermos mentales en España, datos oficiales de la OMS o el Departamento de Salud de Cataluña. Sin embargo, el estupor llega al comprobar que la OCU confirma en el propio informe que «para saber qué atención se da en España a las personas con depresión y ansiedad menores (…) seleccionamos un grupo de 34 personas (18 en Madrid y 16 en Barcelona), compuesto por pacientes, médicos de atención primaria, especialistas  en salud mental y gerentes de centros especializados».

Es decir, extrapola a 45 millones de habitantes que tiene España, los hábitos de consumo de fármacos antidepresivos y hábitos de los pacientes de psicología de un estudio realizado a unos 10 pacientes. ¿Es ético hacer esto? ¿O los titulares se venden a cualquier precio? El peso de no compartir noticias de este estilo sin haber leído los datos reales que traslada estos comunicados es ahora labor de los lectores, no sencilla, pero crucial. Y así, entre todos, lograremos evitar generalizar conclusiones de temática sanitaria de dudosa credibilidad.