Todos nosotros vivimos en la misma realidad. Sin embargo, la forma en la que percibimos la realidad es muy subjetiva. Cada uno de nosotros ve las cosas de una forma diferente y personal. Es cierto que hay hechos en los que la mayoría del mundo está de acuerdo. Suelen ser cosas obvias como que un gato es un gato o una bicicleta es una bicicleta. Pero, sobre el resto de situaciones, cada persona tiene una opinión propia y diferente. Estas opiniones diferentes están relacionadas con los modelos de realidad.
Modelos de realidad: nuestro libro de instrucciones

Se basan en el conocimiento personal que cada uno de nosotros tiene sobre los demás, sobre nosotros mismos o sobre el mundo en sí. Dicho conocimiento se obtiene cuando naces. A medida que vas creciendo aprendes cosas nuevas. Cometes fallos, pero también aprendes de ellos. También vives momentos bonitos.

Nuestros modelos de realidad determinarán los comportamientos o actitudes que tengamos a lo largo de nuestra vida para interactuar con todo lo que nos rodea. Determina lo que hacemos. Es decir, los modelos de realidad son una especie de guía o libro que vamos escribiendo a lo largo de nuestra vida. Recurrimos a el para que nos oriente pues en ellos está toda la información que necesitamos.
Es una especie de cajón en el que se encuentran todas las cosas que nos importan, las emociones que tenemos que expresar en cada situación y la manera en la que hemos de comportarnos a la hora de interactuar. A medida que pasa el tiempo vamos escribiendo más páginas de nuestro libro y este se va completando y haciendo más extenso.
¿Cómo creamos los modelos de realidad?
Los modelos de realidad son creados por nuestra mente para combatir la dificultad que conlleva almacenar y analizar toda la información que tenemos en todas las situaciones que vivimos. Los modelos de realidad son esenciales para cubrir esta necesidad.
Podemos clasificar los modelos de realidad en dos tipos:
- Modelos simples: dentro de estos están las cosas que son lo que son. Es decir, que no pueden ser otra cosa. Son aquellos conocimientos que derivan de las ciencias exactas, una realidad objetiva. Por ejemplo: un perro es un perro porque sus condiciones fisiológicas así lo dictan. También sabemos que va a llover porque el cielo está nublado y hay tormenta.
- Modelos complejos: son hipótesis y conclusiones a las que llegamos por medio de experiencias previas. Lo que hacemos es recopilar pruebas que tengan un sentido para nosotros o que provengan de fuentes que consideremos fiables. Se analiza dicha información para comprobar las pruebas que cada hipótesis tiene a favor y en contra. De esta forma llegaremos a la conclusión más acertada. Por ejemplo: quieres saber si tu novio te engaña. Bien, tendrás que reunir pruebas para crear una hipótesis. Una vez creas que los datos o informaciones adquiridas están a favor de tu hipótesis la asumirás como válida. En este caso la conclusión podría ser: mi novio me engaña porque pasa mucho tiempo fuera, no me coge el teléfono y mis amigas le han visto varias veces con una chica que no era yo.
Teniendo en cuenta esta conclusión, a partir de ahora tu forma de relacionarte con otros chicos en un futuro cambiará. Es posible que al conocer a otro chico muestres más inseguridad o tengas miedo a empezar otra relación por esa experiencia pasada que ya forma parte de tu modelo de realidad.
¿Cómo obtenemos las pruebas a favor y en contra?
Para crear las votaciones con las que elegiremos las pruebas tomamos dos fuentes de información:
- La experiencia propia. A medida que vamos creciendo obtenemos conocimientos y vivencias que nos hacen aprender unas pautas. Interactuamos con el mundo y recibimos una especie de retroalimentación. De ahí sacaremos los modelos de realidad para las distintas situaciones que aparezcan. Por ejemplo, si un día me quemo con el agua caliente ya sé que no debo ponerla a tanta temperatura en situaciones posteriores.

- La socialización. En ocasiones, para crear un modelo de realidad no es necesario experimentar. No sacamos una conclusión a base de hipótesis porque la situación es obvia. Por ejemplo, sabes que poner la mano en el fuego es peligroso. No es necesario que lo hagas para concienciarte de ello, lo sabes porque lo has visto o porque alguien te lo ha dicho.
Cabe destacar que para que la información que recibimos cale en nosotros tiene que ser de una fuente creíble o fiable para nosotros. También es necesario que dicha información tenga sentido, que nos encaje. Además, dicha información ha de ser aceptada de manera general en la sociedad.
¿Qué problemas tienen los modelos de realidad?
- El problema más grande de los modelos de realidad es que damos por hecho que todas esas conclusiones a las que llegamos son veraces.
- Asumimos que los modelos simples y los complejos son lo mismo. Esto no es así pues los simples se basan en una lógica irrebatible. Por su parte, los complejos no son excluyentes ya que algo puede ser lo que es, pero otras cosas también pueden serlo. Es decir, a veces damos por hecho situaciones o llegamos a la conclusión de algo por nuestra experiencia y puede no ser exactamente así.

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Pedir cita- Otro de los problemas es que las propias fuentes de información pueden ser falibles. Aunque una fuente creamos que es fiable, puede no serlo. Aquellas personas que consideramos que tienen credibilidad también se equivocan.
- Las ideas generalmente aceptadas no siempre son verdaderas. Hemos de ser consciente que la difusión alcanzada por una idea no la convierte en fiable o verdadera automáticamente. A veces damos por hecho que una información que se difunde por un medio de comunicación o proviene de una persona considerada sabia por la sociedad es lo cierto, pero la sociedad esta llena de bulos e informaciones que tenemos confundidas.
¿Podemos cambiar nuestras creencias?
Cambiar las creencias o ideas que tenemos sobre el nosotros mismos, sobre el mundo y sobre los demás es difícil. Al fin y al cabo, hemos crecido con unos ideales que se han ido afianzando poco a poco y no somos conscientes de cuales son dichas creencias que determinan nuestra manera de comunicarnos con el entorno.
Pero cuando nos sentimos mal, o vemos que algo nos hace daño podemos darnos cuentas de que ciertas creencias son disfuncionales. En este caso, se puede iniciar el cambio de creencias. Para ello, se pueden seguir los distintos pasos:
- Abrir la mente. Debemos estar dispuestos rectificar o cambiar nuestra guía o libro de instrucciones. Para ello hemos de saber que todas esas creencias que aparecen en nuestro libro no son más que hipótesis. No son leyes que tengamos que respetar o cambiar, sino que las podemos modificar. Una vez asumamos que nuestra manera de ver las cosas no tiene por qué ser cierta estaremos preparados para cambiar de creencias.
- Buscar nuevas hipótesis. Cuando estemos dispuestos a cambiar podremos comenzar el proceso de buscar nuevas hipótesis que también nos ayuden a entender lo que sentimos. El simple hecho de saber que hay otras posibles explicaciones para lo que nos está pasando puede ser un consuelo.
- Experimentación personal de la nueva hipótesis. De esta forma nuestro modelo de realidad cambiará mucho más rápido. Te darás cuenta de que la nueva hipótesis también es válida y los resultados positivos.
En resumen, podemos decir que los modelos de realidad, esos a los que hemos denominado como nuestros libros de instrucciones, son aquellos que determinan nuestras actuaciones con lo que nos rodea. Así como la forma en la que nos sentimos con respecto al mismo.
Hemos de ser conscientes de que podemos cambiar nuestro modelo de realidad. Cuando nos sintamos deprimidos, tristes, nerviosos es porque algo no funciona en nuestro modelo de realidad. Es decir, es disfuncional. Lo bueno es que, al no ser normas fijas, podemos modificarlas. Esto hará que nos sintamos mejor con nosotros mismos.
Si tienes problemas para cambiar o corregir tu libro de instrucciones puedes acudir a terapia psicológica, donde sin duda te enseñarán diferentes estrategias para diseñar y adaptarte a ese nuevo modelo de realidad.
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