Es muy probable que en el día a día te molesten determinados ruidos, por su intensidad, su agudeza o simplemente te molestan porque si. Existen personas que no pueden vivir escuchando esos sonidos y reaccionan de manera desproporcionada ante ellos, eso significa que sufren misofonía. Si quieres conocer más sobre ello y no tratar como histéricos a quienes lo sufren, quédate y te explicamos en qué consiste.
Misofonía: reacciones desproporcionadas ante sonidos normales

¿Qué es la misofonía?
Los primeros en poner nombre a este trastorno fueron los científicos estadounidenses Pawel J. Jastreboff y Margaret M. Jastreboff en el año 2001 y la definieron como «Una serie de reacciones anormalmente fuertes de los sistemas límbicos y autonómicos resultantes de conexiones mejoradas entre los sistemas auditivos y límbico».
La persona que lo sufre tiene una baja tolerancia ante un cierto tipo de sonidos, cada persona es diferente y no hay ninguna característica común. No tienen por qué ser sonidos fuertes, graves o agudos.

Diferencia hiperacusia, misofonía y fonofobia
La confusión entre estos tres términos suele ser muy común, incluso en el diagnóstico médico. La principal diferencia que puede ayudarnos a catalogar lo que nos pasa es que, la misofonía es la reacción desproporcionada a sonidos específicos, sin importar la intensidad. En el caso de la hiperacusia, también existe una respuesta exagerada, generalmente en forma de dolor y, en este caso se perciben con mayor intensidad, afectando a la mayoría de los sonidos, no hay uno en concreto. Por otro lado, la fonofobia, produce reacciones de ansiedad y miedo ante determinados sonidos.
Causas de la misofonía
Al tratarse de un término tan reciente, el origen de la misofonía es desconocido. No se trata de una enfermedad sino que hay que considerarla como un desviación fisiológica ocasional. Sin embargo, existen enfermedades en las que la misofonía es más frecuente, hablamos del Trastorno Obsesivo Compulsivo, el Síndorme de Tourette o los cuadros ansioso-depresivos. En estos casos, no se considera un enfermedad en sí, sino que es un síntoma de las mencionadas.
Por otro lado, un estudio publicado en la revista Current Biology, explica que existen diferencias en el lóbulo frontal entre las personas que sufren este trastorno y las que no. Esto podría llevar a que las personas que lo padecen experimenten estos ruidos que aparentemente son normales como desagradables, teniendo, en algunos casos, un ritmo cardiaco más acelerado.

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Síntomas y manifestaciones
Las manifestaciones que presenta una persona misofónica son diferentes para cada individuo. En la mayoría de los casos, las reacciones suelen venir de los sonidos emitidos por otras personas, los más comunes son: masticar, besar, sorber, silbar… Pero, en otras ocasiones, los afectados presentan manifestaciones ante estímulos repetitivos o sonidos ambientales. Algunos ejemplos podrían ser: sonidos de alarmas, la aguja de un reloj, el sonido de las teclas de un ordenador, etc. En muchos casos, los ruidos se producen en el día a día y son practicamente imposibles de evitar. Un ejemplo claro es el sonido que emiten algunos electrodomésticos.
Todos estos ruidos producen en la persona afectada un estado de agitación y malestar que deriva en muchas ocasiones en ira o mal humor. Alteran su bienestar y su día a día puede verse dañado por la situación. La incomprensión por parte de otras personas pueden llevarles a un distanciamiento social ante la posibilidad de ser juzgados y criticados.
Finalmente, otra de las reacciones que suelen presentar son el uso de auriculares o tapones, con el fin de evitar esos sonidos. También, cambiar los horarios y los hábitos del día a día suelen ser prácticas comunes para no exponerse a ellos.
Tratamiento de la misofonía
No existe a día de hoy ningún tratamiento que asegure acabar con la misofonía pero, el tratamiento psicológico es la mejor opción para ayudar a la persona que lo sufre a sobrellevar el problema. Algunos de los objetivos marcados en psicología son:
- Concienciarse del problema. Hablar de ello, aceptarlo y aprender a vivir con él es el primer paso para avanzar con la cura.
- Terapia online para afrontar la ansiedad. La misofonía produce gran estrés. En terapia, uno de los objetivos es trabajar sobre las preocupaciones y la obsesión que producen los sonidos que tanto molestan.
- Preservar las relaciones de convivencia. En algunas ocasiones, las relaciones personales, ya sea con amigos, familiares o pareja, pueden verse afectadas. La persona que lo padece puede sentirse incomprendida por sus reacciones y caba alejándose por el miedo a ser juzgado.
- Flexibilizar la interpretación. Si el sonido que te atormenta lo percibes en tu día a día, hay que intentar modificarlo para dejar de tratarlo como algo amenazante o intolerante.
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