¿Quién determina qué y cómo se es un buen padre o madre? Actualmente hay miles de obras que hablan sobre ello. Cientos de ejemplares vendidos que llenas los estantes de las librerías más reconocidas. Por ejemplo, La Casa del Libro registra un total de 7.382 obras centradas en la autoayuda, entre los que un 70% aproximadamente se orientan al cuidado de los hijos. ¿Tanto miedo tienen los padres al error, a equivocarse? Parece ser que el fracaso como padre o madre es uno de los miedos que más ataca a los progenitores. No obstante, equivocarse no es fracasar y, quizás, uno de los errores más comunes es poner o evitar en los hijos aquello que hemos heredado de nuestra historia personal.
La escuela internacional de Coaching y consultoría Coach, TISOC Coaching, ha publicado un listado de clichés que heredamos de nuestros padres y que retomamos al llegar a la edad adulta y, en especial, cuando nos toca abordar la paternidad. Tendimos a revivir aquello que se nos impuso o limitó en nuestra infancia, tratando de repetir o cambiar nuestros sufrimientos o gratitudes a través del traspaso de esos hechos en nuestros hijos. Según apuntan los expertos de la escuela TISOC Coaching, la evidencia de esta limitación en el ejercicio de la paternidad que hemos heredado de los clichés de nuestros padres, se perciben ante el uso de expresiones tan manidas como «el profesor le ha cogido manía» o «le entra por una oreja y le sale por otra».
Los ocho mandamientos
Pero vayamos más allá y observemos los clichés que los expertos de TISOC Coaching han analizado. ¿Os resuenan?
“Pide por esa boca, cariño mío”
Compras cualquier cosa que pidan y accedes a muchos caprichos para compensar tu falta de disponibilidad. De esa manera intentas limpiar tu sentimiento de culpabilidad por no estar con tus hijos el tiempo que necesitan.
“El profesor le ha cogido manía”
Si ante cualquier dificultad que deban enfrentar tus hijos asumes que la culpa siempre es de alguien o algo externo, no estás fomentando en ellos el sentido de la responsabilidad.
“Niñeros digitales”
No das abasto. Tras una larga jornada de trabajo tienes más trabajo en casa esperando. Y es tentador dejarse llevar por la solución más cómoda: dejar que el televisor, el ordenador o la videoconsola se ocupen de entretener a nuestros hijos.
“Ellos ya saben que les quiero”
Eres su padre o su madre, y todos damos por sentado que los padres y madres quieren a sus hijos, pero: ¿se lo dices? Ellos, y tú también, necesitan que les digan que son queridos e importantes.
“Solo entiende el castigo”
El castigo es la vía más rápida y cómoda para que un niño o niña deje de hacer lo que no debe. Y puede funcionar si lo que quieres es que deje de comportarse mal… ¡delante de ti¡ Pero al castigarle no estás cambiando un hábito, simplemente delimitas el ámbito donde se produce: cuando tú no estás.
“Poli bueno, poli malo»
En el núcleo familiar deben vivirse unos valores y unas formas de hacer compartidos. La falta de unidad en los progenitores desorienta a pequeños y jóvenes. Puede haber discrepancias, es natural, pero los padres deben enseñar a sus hijos a gestionarlas de forma abierta y transparente.
“Me saca de mis casillas”
Los hijos, a medida que van creciendo, van desarrollando sus propios intereses y deseos y, afortunadamente, empiezan a defenderlos y reclamarlos. Si no los compartes o no te parecen adecuados, chillar y perder los nervios es la mejor manera de autorizar la violencia verbal. ¡No pidas silencio a voces!
“Le entra por una oreja y le sale por otra”
No te esfuerces en articular largos discursos sobre buenos modales y buen comportamiento; no les interesan. Demuestra con tu propio comportamiento lo que está bien y lo que no lo está, eso sí, ten siempre preparado un buen argumento. El “porque lo digo yo” es difícil de entender hasta para ti ¿verdad?
¿Cómo ser un buen padre o madre?
«Cuando nos llega el momento de ejercer como padres solemos imitar lo que hicieron nuestros progenitores con nosotros mismos, incorporando algunas ideas que hemos aprendido por el camino», apunta Rafael Adame, Master Coach de la escuela y responsable del curso Coaching para padres. Así pues, ¿podemos huir de estos clichés o estereotipos adoptados desde nuestra infancia?. Adame añade que «existe la posibilidad de ver las cosas desde otra perspectiva, descubrir nuevas habilidades y adoptar estrategias que te permitan retomar la armonía en tu vida”. Una buena herramienta, más allá de las lecturas best-seller que podemos encontrar en librerías, es participar en un taller orientado a la paternidad. En este caso, TISOC Coaching ofrece uno de gran recomendación.
Coaching para padres es un taller destinado a mejorar las relaciones entre padres e hijos así como contribuir al desarrollo de un estilo propio como padres. No hay un prototipo único de padre o madre, sino que cada familia es un mundo y su singularidad es lo que la caracteriza. El curso se enfoca principalmente en el desarrollo de la comunicación, pilar esencial de toda relación y, por tanto, también de las relaciones paterno-filiales, lo que deriva en la construcción de relaciones de calidad.
Si queréis más información sobre la escuela internacional TISOC Coaching, no dudéis en poneros en contacto con nosotros.