Hablamos mucho y no nos entendemos: cómo mejorar la comunicación en pareja

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Marta y Carlos, están en la cuarentena y llegan a consulta porque no se entienden, según ellos, “nada en absoluto” y eso a pesar de que, según dicen, hablan sin parar de cualquier cosa; “¿y de emociones, de sentimientos, de cómo se siente cada uno y el uno respecto al otro, también?” pregunto, esperando que ambos digan que, efectivamente, así lo hacen.

Pero un silencio tenso se extiende por el despacho. Luego, dudas, vacilaciones y empieza el conflicto latente que guardaban en modo discusión: «cuidado, no os equivoquéis, estar en desacuerdo con alguien cercano no es malo en sí mismo”.

Pero da igual, ya no escuchan. Y aquí es donde, precisamente, existe el problema; se hablan pero no se escuchan. Está claro, Marta y Carlos “no se entienden”.

¿Por qué no nos entendemos?

Se le llama estilo comunicativo. En general, hombres y mujeres los tenemos diferentes pero, también, el contenido de aquello que comunicamos es diferente; así, las mujeres tratamos de hablar de nuestros problemas individuales pero, también, somos más emocionales mientras que los hombres usan la comunicación como un fin para resolver una situación o para ejercer una acción.

Y esto, tan resumido, es el principal de los problemas porque mientras los hombres, en un diálogo de pareja, buscáis la solución mientras vuestra pareja habla, ella se enfadará porque, precisamente, va a creer que no la escuchas ni la entiendes.

Ello, a su vez, producirá una sensación de impotencia y frustración al primero haciendo que abandone el diálogo porque va a creer que su pareja no le escucha ni lo entiende. Así de fácil y así de complicado.

Pero la comunicación también es comunicación no verbal y, en eso, las mujeres llevamos la delantera; seguramente, eres más expresiva, gesticulas más y tocas mucho más a tu pareja durante un diálogo que al revés. Además, la mujer mira más a los ojos, mueve su postura corporal hacia delante – en señal de escucha activa – mientras que el hombre, rehúye más la mirada directa y se entretiene más mirando hacia los lados.

Cierto es que las mujeres interrumpimos infinitamente más veces que el hombre durante una conversación pero, en general, es para mostrar preocupación mientras que el hombre, cuando lo hace, quiere recuperar el control del diálogo. De nuevo, esta es una señal para iniciar un conflicto porque, tanto ellas como ellos, se sentirán ni escuchados ni entendidos.

¿Tiene explicación a nivel cerebral?

Por supuesto que sí. Vamos a ver, imagina que te sientas a hablar con tu pareja y empiezas a pensar “no me entiende”, “me está malinterpretando”, «no puedo hablar de lo que siento”, “no me comprende”, es posible que empieces a imaginar un escenario en que la relación se acabe ( miedo percibido) y tu estrés aumenta debido a que liberas determinadas hormonas. Es, entonces, cuando empiezas a resolver un problema que aún no existe, necesariamente e igual no eres lo asertivo que deberías.

La parte del cerebro que anticipa esos peligros se denomina amígdala y lo que hace es, básicamente, avisarnos de que es necesario huir de este peligro (el miedo percibido) y haciendo que el resto del cerebro se ponga a buscar soluciones; claro, que esta es una estructura que funciona igual si el miedo percibido procede de una bandada de medusas en el mar como si es ante una conversación con tu pareja. La amígdala te dice ¡huye! Y tú vas hacia delante arrollando a quien sea, incluso, si se trata de tu pareja.

La única manera de “tener contenta” a la amígdala es recuperando el control y para ello es necesario empatizar con el otro para llegar a una solución consensuada y poder, al final, entenderos.

¿Cómo mejoramos la comunicación en la pareja?

Para mejorar vuestra comunicación, no podéis perder de vista dos puntos de gran importancia:

  • Escucharos de forma activa. Lo cual significa demostrar que has entendido y comprendido el mensaje de tu pareja. Para ello, es importante repetir, en una o dos frases, lo que tu pareja te acaba de decir ( a eso se le llama  paráfrasis)  y, después, añadir lo que has sentido tú mientras tu pareja hablaba ( a lo que llamamos reflejo, en Psicología).
  • Comunicaros de forma expresiva. Consiste en decir lo que piensas y sientes sin usar expresiones defensivas, acusatorias o provocaciones.
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Pero recuerda que, para entenderse, también es necesario resolver vuestros conflictos. Os contamos como lo podéis hacer:

  • Especificar el problema, incluyendo recordarle al otro una cualidad que antes apreciabas y ahora, crees que ya no está.
  • Expresar los propios sentimientos.
  • No alargarse, ser breve.
  • Ambos debéis reconocer vuestra responsabilidad en la aparición y el mantenimiento del problema que os afecta.
  • Hablar sólo de un problema cada vez.
  • Recordar realizar paráfrasis y reflejo.
  • No conectar actitudes o conductas actuales con otras parecidas del pasado.
  • No usar en la conversación ataques, críticas o intimidaciones porque así nunca se resolverá el conflicto.
  • Focalizarse en las soluciones.
  • Ambos debéis cambiar. De forma recíproca y comprometida, vuestra conducta según la solución a la que habréis llegado. Pensad que si habéis creído que uno sólo de vosotros es el que debe cambiar – si no es que hay algún tipo de psicopatología – tendréis menos posibilidades de acabar entendiendo al otro. También lo podéis hacer con la ayuda de un psicólogo online y terapia de pareja. En Siquia podéis probar una sesión gratis y conocer cómo es útil en vuestro caso.
  • No lleguéis a una solución que comporte un alto coste emocional para uno de vosotros o para ambos.
  • Escribir el acuerdo al que habéis llegado; recordad que tiene que ser específico, concretos, no ambiguo y reevaluarlo al cabo de un tiempo de haber llegado al mismo.

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Imagen de Maria Dolors Mas
Sobre Maria Dolors Mas Nº Colegiada 17222 con 15 años de experiencia. Especialista en ansiedad, depresión y toda lo relacionado con salud mental de niños y adolescentes.
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