Muchas veces usamos el concepto “niño interior” sin realmente conocer las raíces de su significado. “Eso forma parte de tu niño interior” o “te está moviendo tu niño interior” son frases que solemos decir u oír en alguna que otra ocasión. ¿Sabemos realmente qué significa el término “niño interior”?

En el ámbito de la psicología, la búsqueda, comprensión y entendimiento de este elemento clave de nuestro interior es uno de los fundamentos de toda terapia psicológica. Cierto es que cada autor, psicólogo, pedagogo o profesional del sector centra su definición en un campo, pero a grandes rasgos podemos describir su contenido según tres elementos comunes que nos resume la psicóloga y escritora Victoria Cadarso:

  • El niño interior es nuestro auténtico ser, la parte vital y enérgica que nos mueve sin temor y que, aunque queramos, en muchos casos no podemos evitar manifestar.
  • Es nuestro auténtico potencial interior, aquella posibilidad de desarrollarnos que existe en nosotros, de actualizarnos, de crecer. Una necesidad intrínseca que en muchos casos se mantiene adormecida.
  • Nuestro niño interior es también esa parte interna que no pudo expresar su dolor en un momento concreto, que ha reprimido sus emociones más profundas y que ha motivado que nos adaptemos al entorno por miedo al abandono.

En suma, y teniendo en cuenta los aspectos que determinan distintos autores, el niño interior es una parte esencial de la creación de nuestro yo; aquella parte donde residen los aprendizajes que proceden de influencias – por ejemplo, de nuestros primogénitos –; aquella parte que magnifica nuestros miedos y que se rige según las emociones más difíciles que ha debido pasar, que no ha sabido afrontar y frente a las que ha impuesto una barrera psico-física. En este sentido, nuestro niño interior es la esencia de nuestro ser que espera, latente, el momento en que pueda ser escuchado, en el que se le tome en cuenta, el que pueda obtener lo que no tuvo en su momento.

Aprender a conocernos a nosotros mismos

Ser conscientes de esta parte imprescindible de nuestra persona es el primer paso para desarrollar y mejorar nuestro niño interior. La mayoría de personas obvian el hecho de que existe esa parte en todos nosotros y que, por mucha madurez que alcancemos, siempre residirá esa parte interna que refleja los deseos nunca satisfechos o los temeros más transferidos durante la infancia.

Tener una buena consciencia de nuestro estado, de nuestro crecimiento y del desarrollo de nuestro niño interior en el transcurso de nuestra vida es, sino esencial, más que necesario. Y poca gente aún hoy en día le saca poco partido. Nuestras creencias y nuestra personalidad se configuran – más allá de por un pequeño componente genético – por nuestro entorno y las experiencias que guardamos de esta relación individuo-contexto. De esta relación se sucede nuestra personalidad que, a fin de cuentas, no es otra cosa que nuestra defensa frente al exterior: la función, pues, de la personalidad es mantener a salvo a ese niño interior vulnerable de cualquier emoción ardua procedente del exterior.

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Portada de la cuarta obra de Victoria Cadarso

Victoria Cadarso ha decidido romper los estereotipos que se vinculan al crecimiento y desarrollo de los hijos a través de Abrazar a tu niño interior, la nueva obra de la autora que publica junto a la editorial Esfera de Libros, donde intentará ayudar al lector  a integrar su propias experiencias y recuperar así lo genuino o auténtico de su persona, de su ser. El libro de Cadarso también ofrece un viaje de ida y vuelta a nuestro auténtico ser. ¿Cómo es? ¿Cómo lo desentraño? Así, el libro se configura alrededor del proceso de conformación de nuestra personalidad – basándose, como hemos dicho, en nuestras experiencias – y la clave acerca cómo desarrollamos nuestras características personales y en qué ciclo de nuestra vida solemos adquirirlas – o en caso contrario, que efecto tiene en nuestro ser no desarrollar ciertas competencias.

Paso por paso, etapa por etapa, Cadarso nos explica de forma clara y concisa las características que se deben desarrollar en cada momento de nuestras vidas y las consecuencias que podemos vivir en caso de no haber desarrollado las aptitudes específicas de cada momento vital.

Todos tenemos nuestro niño interior, pero no todos tenemos el mismo niño. En el transcurso del libro, Victoria Cardaso nos describe hasta nueve modelos de niños interiores, cuya concepción depende de cómo han manejado – durante su desarrollo – las tres inteligencias primordiales: mental, emocional y corporal, según la autora.

Y una vez la autora nos ha llevado al epicentro de nuestro niño interior, finalmente propone el viaje de vuelta necesario para reconciliarnos, ahora sí, con nuestro auténtico ser. Desde nuestra posición de adulto, pues, y según matiza la autora, “visitaremos a nuestro niño interior en cada etapa y le proporcionaremos, a través de la meditación (…) lo que le faltó  para así reconciliarnos con él e intentar suplir sus necesidades”.

Una profesional innovadora

Nos gustan las buenas ideas y Victoria Cadarso, psicóloga y presidenta de la Asociación de Psicología Energética lo es. Pionera en esta disciplina, Cadarso dirige el centro Victoria Cardaso Team, donde ofrece cursos, talleres y conferencias orientadas al desarrollo personal. Ha desarrollado y se ha formado en la especialidad psicológica de las Terapias Energéticas junto a un equipo estadounidense. Además de trabajar en su propio centro, también realiza psicoterapias – tanto individuales, familiares o de pareja – para “ayudar a cualquier persona a ofrecerle la información necesaria, el apoyo emocional y herramientas” necesarias. Su gran bagaje en el ámbito de la psicología le ha permitido escribir más de una obra: Las emociones ¿engordan o adelgazan?, Destapa tu olla estrés, Botiquín para un corazón roto y la recién presentada Abrazar a tu niño interior.

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