Cuando nacemos nuestra percepción del tiempo es inexistente, no sabemos en qué se basa nuestra vida y necesitamos de alguien que nos conduzca. A día de hoy nos guiamos por costumbres, acciones que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida y que nos han enseñado a comportarnos en determinadas situaciones, siendo quienes somos actualmente. Es por ello que cuando somos padres tenemos una responsabilidad a nuestro cargo y debemos enseñar a nuestros hijos a crecer como lo hemos hecho nosotros pero aprendiendo de los errores.
Guía para ayudar a nuestros hijos a desarrollar buenos hábitos 😮


Recibe orientación de un psicólogo online
Déjanos tu consulta y nos pondremos en contacto contigo para tener una primera consulta gratuita.
¿Qué es un hábito?
La RAE define hábito como: «Modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originados por tendencias instintivas«. Por lo tanto, los hábitos que tenemos los adultos a día de hoy han sido generados, en mayor medida, cuando éramos niños. En cuanto un hábito se afianza, es más complicado que la razón se imponga, incluso si así lo deseas, ya que se ha convertido en una parte de ti y al estar tan interiorizado no puedes dejarlo atrás.
Para que una acción sea considerada como buen hábito tiene que pasar por tres fases:
- Señal. Hay situaciones que establecen el punto de partida para comenzar a realizar algo, este punto es la señal. En el momento en el que la recibimos, sabemos que debemos continuar con un proceso (rutina) para lograr ese fin. Un ejemplo es el sonido de la alarma por las mañanas, la señal avisa que comienza un nuevo día y hay que despertar para comenzar la rutina diaria.
- Rutina. Es el segundo paso y la respuesta que se ofrece a la señal. Es considerado el más importante ya que son los pasos que damos para lograr lo que nos hemos propuesto. Es determinante.
- Recompensa. Este último paso no se cumple como se debiera. Se trata de un premio para determinar si vale la pena continuar con este hábito o por el contrario rendirnos. Los buenos hábitos no tienen una recompensa inmediata. Por ejemplo, hacer ejercicio puede ser costoso y no va a dar sus frutos al instante, sino que se trata de un proceso largo. Lo mismo ocurre con el ahorro, en un primer momento no te va suponer nada, de hecho puede resultar más factible gastarlo en comprar algo o derrocharlo sin más, ya que ahí sí que recibes una recompensa, sin embargo, al llegar al final del objetivo verás que merece la pena ese tiempo de ahorro al conocer el resultado.
¿Cuál es el papel de los padres ante esta situación?
Con nuestros hijos hay que actuar cuanto antes si queremos que los hábitos de comportamiento que les van a acompañar a lo largo de los años les definan de manera positiva. Los padres son los modelos de conducta que ellos van a encontrar, son los primeros referentes en su vida, y por tanto, los más importantes. Ellos observan, escuchan lo que decimos y actúan, de esas acciones depende, en gran medida, qué tipo de adultos serán cuando crezcan. Por lo tanto, es responsabilidad de los padres ser las personas que ellos admiren, respeten e imiten y en muchas ocasiones no damos ejemplo de ello.

¿Cuáles son las rutinas a trabajar con nuestros hijos?
Hay que inculcar buenos hábitos a los pequeños de la casa, algunos de los más comunes son los siguientes:
- Hábitos alimenticios. Los bebés cuando nacen no diferencian qué les gusta y qué no, su paladar no se ha hecho a ningún alimento por lo que es importante educarles desde pequeños a comer de una manera saludable. Uno de los factores que mejor funciona es la comida colorida. A los niños les llama la atención la comida rápida porque se caracteriza por sus colores llamativos pero la comida sana también puede estar repleta de colores, esto le llamará la atención y querrá probarlo de una forma divertida. Además, los padres también deben dar ejemplo al comer de una manera nutritiva.
- Hábitos de orden. Un niño en casa puede resultar una situación de caos total, pero no tiene por que ser así. Desde pequeños se les debe inculcar y enseñarles a poner las cosas en orden. Hay que empezar con los juguetes, el terror de los padres. Cuando empiezan a explorar quieren tocarlo y moverlo todo, por lo que, cuando eso suceda hay que enseñarles que todo tiene que volver a su sitio.
- Hábitos de higiene. Tener un buen de hábito de higiene es muy importante en la vida y la salud de las personas. Comenzar desde pequeños es la mejor opción para que con el paso de los años se convierta en una persona limpia y aseada. En el momento en el que les salen los primeros dientes hay que enseñarles esa tarea desconocida que se convertirá en una rutina a seguir después de cada comida. Al igual que la ducha o lavarse las manos, hay que marcar tiempos para que se vayan adaptando a ello.
- Hábito de sueño. Para que comiencen el día con ganas deben dormir las horas necesarias durante la noche. Siempre se dice que cuando un bebé llora es porque tiene hambre o sueño. Cuando son más mayores y están cansados, generalmente no van a pedir irse a la cama sino que aguantan dando cabezazos allá donde estén. La mejor forma de crear un buen hábito de sueño es proponer una hora para ir a la cama y otra para levantarse, así su cerebro y su cuerpo irán acostumbrándose a las horas de sueño que deben cumplir.
- Hábito de ejercicio. Cuando llegan al colegio, la asignatura de Educación Física se suele convertir en su favorita, ya sea porque hay menos que estudiar o porque realmente les gusta hacer ejercicio. En cualquier caso, es una buena opción para que se vayan acostumbrando a realizar una actividad de física. El sedentarismo puede convertirse en algo muy perjudicial por lo que hay que incentivar y aprovechar cualquier tipo de actividad extraescolar en la que puedan moverse y hacer ejercicio.
Beneficios que ofrecen a los niños
Promover buenos hábitos a los niños resulta beneficioso para él a largo plazo pero también como persona. Comienzan a ser más autónomos, pudiendo realizar actividades que ya han asimilado como comunes y sin necesitar la ayuda de los padres. Además les ofrecen seguridad ya que saben qué viene después de comer o qué es lo que toca cuando llega la hora de dormir. Al sentir esta seguridad, la situación en el ambiente familiar será más cómoda y afectiva.
Si necesitas ayuda, en Siquia podemos ayudarte.
Cuéntanos tu experiencia, contacta con nosotros y no olvides que nuestro equipo de psicólogos online está a tu disposición. Pide cita.
Por qué elegir Siquia
- Somos líderes en atención psicológica online desde 2012.
- Primera cita informativa gratuita.
- Terapia online desde 40 euros la sesión.
- Equipo de psicólogos senior, con décadas de experiencia.
- Toda la terapia que ofrecemos es por videoconferencia. 100% confidencial.
- El mismo psicólogo te atenderá durante todo el tratamiento.
- En Siquia no pierdes el dinero de las sesiones. Si no puedes conectarte o no estás, la sesión pasa a otro día.
- Atención en español, inglés y catalán.
