¿Cómo viven las consecuencias de una patología mental las personas más allegadas del enfermo?
La tendencia general es creer que quien sufre una enfermedad mental es el sujeto que más padece. Y no falta razón. Pero tampoco es el único: el círculo más cercano del enfermo, generalmente la familia, sufre igual o peor al ver cómo la mente es capaz de llevar al ser querido a la autodestrucción. ¿Quién mejor para explicarnos la experiencia que un propio testimonio?

Carlos, barcelonés de 52 años, relata la convivencia con el trastorno alimentario de su hija, durante más de cinco años. La enfermedad se apoderó de su hija a sus 16 años y tanto él como su mujer se hicieron las tópicas preguntas: «¿por qué nosotros?» o «¿qué hemos hecho mal?». Tras un lustro plagado de negación, autodestrucción, lucidez parcial y una lucha constante – a veces más consciente, a veces sin consciencia -, actualmente la situación ha cambiado drásticamente. Tras baches, recaídas y el sentimiento de impotencia e incapacidad, ahora, por fin, la familia de Carlos puede afirmar que sí ha habido una recuperación. Para ellos, la clave fue encontrar el Centro ABB de Barcelona, de prevención y atención a los TCA, a cargo de un equipo terapéutico que lleva, principalmente, la psicóloga Raquel Linares. Nadie mejor que él para que cuente su historia y, en consecuencia, la historia de su familia.