El 30% de las personas padece en algún momento trastorno de sueño

> > >

Compartir

Tanto durante el confinamiento como en estos momentos iniciales, los síntomas más reportados por los pacientes han sido el insomnio y las pesadillas. Pero, ¿por qué?

La importancia de dormir (y descansar)

Aproximadamente nos pasamos durmiendo la tercera parte de nuestra vida. Algunos dirán que es mucho, otros pensarán que es demasiado y, por el contrario, a otros les parecerá poco. La realidad es que esa es la cifra, como suena.

Como seres vivos que somos, tenemos un ciclo biológico en el que se alterna la actividad con el reposo. Durante el reposo, nuestro organismo disminuye sus niveles de actividad basal permitiendo optimizar la energía proveniente del metabolismo y de las distintas funciones orgánicas para que el sistema inmune se fortalezca y así establecer conexiones neuronales que favorezcan el aprendizaje y la integración de todo aquello que hacemos durante el día.

Dormir es una actividad pasiva que entendemos, a nivel consciente, como si una parte nuestra mente “se desconectara” mientras realizamos esa actividad. Realmente no es así, a nivel subconsciente y físico no se produce esta “desconexión”. El cerebro está activo y controlando todo aquello que ocurre en el organismo.

Para ser exactos, deberíamos decir que es nuestro cerebro quien nos duerme. Es quien “desconecta” la parte consciente, pero mantiene toda la actividad cerebral y física en las diferentes fases del sueño. A grandes rasgos, pasamos por dos fases del sueño: la fase no REM y la fase REM.

En la fase no REM o fase del sueño lento pasamos por varias subfases en las que se ralentiza la actividad física y la respiración. Abarca el 75% de todo el sueño.

En la fase REM o fase de sueño paradójico se producen los sueños y ocupa el 25% del tiempo de descanso.

Por tanto, la actividad cerebral no sólo no se “desconecta” sino que es intensa por la noche.

Los trastornos del sueño aparecen cuando todos los elementos que intervienen en el sueño dejan de funcionar de forma orquestada. 

¿Cuáles son los trastornos del sueño más comunes?

Trastorno de pesadillas

María vino a consulta porque sufría trastorno de pesadillas. Repetidamente se despertaba en mitad de la noche por una pesadilla que generalmente era la misma y le producía un gran impacto emocional. A pesar que su pareja la intentaba tranquilizar, difícilmente podía volver a dormir ya que sentía miedo, preocupación y ansiedad intensa. 

Cuando llega a terapia psicológica, María era capaz de explicar su sueño completo, que acababa de una forma terrible en la que huía de una escena en que la hacía sentir amenazada. María se había decidido a venir a la consulta porque consideraba que “no era normal” tener la misma pesadilla desde hacía semanas. Además, le producía una interferencia con su actividad cotidiana y un intenso miedo a ir a la cama.

Durante el día, María sentía taquicardia, sudoración, opresión precordial y dificultades respiratorias que también afectaban a su vida laboral. Además, si después de la pesadilla conseguía volver a dormir, se despertaba sudada y muy fatigada. El efecto reparador del sueño dejaba de funcionar.

No hay que confundir el trastorno que sufría María con una pesadilla puntual que todos podemos tener en algún momento y que no va acompañada de la sintomatología explicada anteriormente.

El trastorno de pesadillas ocurre en la fase REM y aumentan su frecuencia situaciones adversas o traumáticas, el estrés intenso, no dormir, cambios en los horarios de trabajo que afecten a las horas de sueño e incluso la predisposición genética.

Terrores nocturnos

Hugo tiene 7 años y presenta terrores nocturnos. Estos se dan en la fase no REM.

Los papás de Hugo lo trajeron angustiados porque en mitad de la noche se incorporaba en la cama y gritaba muy angustiado. Además, mostraba dificultades para respirar, taquicardia, sudoración, agitación y mucho miedo. Sin embargo, tras intentar calmarlo, se volvía a dormir y al día siguiente no recordaba nada de lo que había pasado.

Esto ocurre porque los terrores nocturnos son producidos por una hiperactivación del sistema nervioso central durante el sueño, forma parte de la maduración del sistema. Cuando acaba de madurar, los terrores nocturnos desaparecen solos.

La causa es normalmente hereditaria ya que el 80% de los niños con terrores nocturnos tienen algún familiar que tuvo algún trastorno del sueño durante la infancia.

Los terrores nocturnos empeoran si el niño esta estresado, muy cansado, enfermo, ha empezado a tomar un medicamento nuevo, duerme en una habitación nueva o está alejado de su familia.

Este trastorno del sueño es más común en los niños que en las niñas y suele darse entre los 4 y los 12 años de edad, aunque hay casos de bebés con terrores nocturnos con 18 meses. 

Sexsomnia o sonambulismo sexual

Alberto es un paciente con sexsomnia, una variante del sonambulismo, en la que es capaz de mantener relaciones sexuales con su pareja mientras está dormido.

El caso de Alberto no llega a mayores porque mantiene relaciones con Claudia, su pareja. No obstante, se han descrito muchos casos en que el sexomne se levanta de la cama, sale de su casa y mantiene relaciones sexuales con extraños. Tanto el sexomne como el sonámbulo no recuerdan nada al día siguiente, pero se levantan fatigados.

La sexsomnia que padece Alberto es un trastorno psicológico que le produce sufrimiento a él y a su pareja. No olvidemos que la sexsomnia puede originar infidelidades que generan un dolor profundo en la pareja e, incluso, la ruptura definitiva.

Trastorno del comportamiento del sueño REM

Miguel acude a la consulta porque su pareja no entiende por qué la mayoría de las noches se despierta hablando, gritando, gesticulando en el aire como si tuviera una conversación y, en ocasiones, una discusión con alguien. Luisa, la pareja de Miguel, está muy preocupada porque piensa que su marido, de 48 años, está desarrollando demencia. Pero no es así.

Miguel presenta un trastorno del comportamiento del sueño REM o comportamientos de representación del sueño, que es la respuesta que da al contenido de lo que está soñando. Traslada a la realidad un sueño en el que se siente amenazado en un intento de escaparse o defenderse.

El problema principal es que Miguel está dormido y puede causarse involuntariamente lesiones al golpearse o se puede fracturar algo al caerse de la cama, pero también es un problema para Luisa puesto que, en su intento de defenderse dormido, los golpes, las patadas o los puñetazos pueden ir dirigidos a ella. Una vez despierto, Miguel recuerda claramente lo que ha soñado y si ha habido daños siente malestar emocional.

Este trastorno ocurre en la fase REM del sueño, cuando el cerebro está tan activo como si estuviera despierto. 

siquia como evitar insomnioPautas para una buena higiene del sueño

  • No tomar sustancias excitantes como café, té, alcohol o tabaco, especialmente al final del día.
  • Cenar ligero y esperar una o dos horas para acostarse.
  • No irse a la cama con sensación de hambre. Se puede tomar un vaso de leche caliente (sin chocolate) o una infusión (sin teína) para favorecer la relajación antes de ir a dormir.
  • Realizar ejercicio físico evitando hacerlo a última hora del día, ya que activa el organismo.
  • Evitar siestas prolongadas (no más de 20-30 minutos) y nunca por la tarde-noche.
  • Si se está tomando medicación, hay que tener en cuenta que algunos medicamentos pueden producir insomnio.
  • Mantener horarios de sueño regulares, acostándose y levantándose siempre a la misma hora. Si no se consigue conciliar el sueño en unos 15 minutos, salir de la cama y relajarse en otro lugar para volver a la cama cuando aparezca el sueño.
  • Evitar la exposición a luz brillante a última hora de la tarde y por la noche si existen problemas para conciliar el sueño.
  • No realizar en la cama tareas que impliquen actividad mental como leer, ver la televisión, usar el ordenador o el móvil.
  • Es imprescindible mantener un ambiente adecuado que favorezca y ayude a mantener el sueño. Se debe procurar tener una temperatura adecuada, evitar ruidos, usar colores relajantes, una cama confortable. Evitar los ambientes no familiares o no habituales a la hora de dormir.
  • Si es necesario, antes de acostarse se puede realizar conductas relajantes como escuchar música tranquila o una ducha templada.
Imagen de Maria Dolors Mas
Sobre Maria Dolors Mas Nº Colegiada 17222 con 15 años de experiencia. Especialista en ansiedad, depresión y toda lo relacionado con salud mental de niños y adolescentes.
Solicitar cita

Compartir

Comentarios

No hay comentarios | Comentar