«El 8 de noviembre de 2008 me desperté con un terrible dolor de cabeza que en apenas dos horas desembocó en un derrame cerebral. Caí en un coma profundo, y durante siete días permanecí en ese estado, durante el cual viví una experiencia increíble y fuera de este mundo. El lugar en el que estuve es un sitio maravilloso, reconfortante y lleno de amor. No tengo miedo a morir porque ahora sé que no es el final»
Doctor Eben Alexander
¿Qué ocurre cuando morimos? ¿Hay algo más? Estas grandes cuestiones han ocupado gran parte del pensamiento humano en el transcurso de la historia. Filosofía, ética y religiones han tratado de dar su propia respuesta. ¿Tenemos alguna prueba a ciencia cierta? El neurocirujano Eben Alexander intenta arrojar luz a la gran pregunta en La prueba del cielo, la opera prima de este doctor donde relata su experiencia cercana a la muerte (EMC) mientras estaba en coma por una meningitis en 2008. Su experiencia extracorporal le llevó a teorizar que la consciencia es independiente al cerebro, que la muerte es una ilusión y que “hay eternidad más allá de la tumba”.
La prueba del cielo es un libro categorizado como autoayuda que ha revolucionado el eterno conflicto entre ciencia y fe: el viaje a la vida después de la muerte, una historia real que nos ayudará a comprender qué nos espera más allá de la vida.
La cartas sobre la mesa
La obra ha revolucionado el panorama científico y ha suscitado grandes críticas por parte de toda la comunidad científica. Entre ellas, destaca la crítica del neurocientífico Sam Harris, filósofo y escritor reconocido en EEUU, quién afirmó que la explicación del doctor Alexander es “alarmantemente acientífica” y argumenta que “toda – absolutamente toda – la explicación de Alexander está basada en las redundantes afirmaciones de que sus visiones del cielo ocurrieron mientras su corteza cerebral estaba ‘apagada’, ‘desactivada’, ‘completamente apagada’, ‘totalmente desconectada’, y ‘carente de toda actividad’” añadiendo que “aún en casos donde se supone que el cerebro se ha apagado, su actividad debe volver si el sujeto pretende sobrevivir y describir la experiencia. En tales casos, en general, no hay forma de establecer que la ECM ocurrió mientras el cerebro estaba fuera de línea”.
El también neurólogo y escritor Oliver Snacks apoyó la crítica de Harris apuntando que “negar la posibilidad de una explicación natural para una ECM, como hace el Dr. Alexander, es más que acientífico: es anticientífico”, completando su argumentación con que “la hipótesis más plausible en el caso del Dr. Alexander es que su ECM no ocurriera durante su coma, sino cuando estaba saliendo de él y la corteza estaba recuperando su función plena. Es curioso que no admita esta explicación obvia y natural, por el contrario, insiste en uno sobrenatural”.
Más allá de la verdad o la falsedad
La polémica está servida sobre la mesa. El libro está publicado y no se puede negar que se ha convertido en el gran best-seller del momento. Sea como fuere, esta obra ha motivado a sus lectores a tener, nuevamente, esperanza y deseo por la vida. En este sentido, Bruce Greyson, doctor y coeditor de The Handbook of Near-Death Experiences, ha apuntado que “la carrera del doctor Alexander en el campo de la neurociencia le ha enseñado que las experiencias cercanas a la muerte son ilusiones creadas por el cerebro pero, aun así, su experiencia personal lo dejó profundamente marcado”. Y tú, ¿qué opinas?
Comprar libro aquí: