Consejos para prevenir el estrés laboralEl estrés sufrido en el puesto de trabajo se suele deber a exigencias laborales que sobrepasan las capacidades o las posibilidades de una persona.

Cuando esto sucede, la persona se siente poco capaz de afrontar las demandas y cada vez le cuesta más realizar adecuadamente su trabajo. Continuamente se siente inquieto o nervioso y no es capaz de desconectar en su tiempo libre.

En un informe sobre el estrés laboral elaborado por la Comisión Europea se recogían los siguientes factores, entre otros, como los principales causantes del estrés laboral:

  • Exceso o falta de trabajo
  • Tiempo de trabajo inadecuado para cumplir con todas las demandas
  • Falta de directrices sobre cómo realizar el trabajo.
  • Muchas responsabilidades pero poca capacidad de tomar decisiones
  • Compañeros o superiores que no cooperan
  • Posibilidad de despido o de fin de contrato
  • Ser víctima de prejuicios en función de la edad, sexo, raza, o religión.
  • Mobbing laboral
  • Condiciones de trabajo peligrosas o desagradables

Cuando una persona se ve sometida diariamente a uno o varios de estos factores la persona puede estar bajo los efectos del estrés laboral.

Consecuencias del estrés laboral

Pueden haber consecuencias en la salud, ya sea por el aumento de conductas no saludables como puede ser fumar más o beber más alcohol, o bien por reducción de las saludables, como dedicar menos tiempo al ejercicio físico.

Además la persona sometida a estrés laboral experimenta una alta activación fisiológica que se mantiene durante una larga temporada. Estos son los síntomas que la persona suele identificar inicialmente: sensación de falta de aire, suspiros contínuos, dificultad para ir al lavabo, problemas digestivos, disminución del deseo sexual…

Normalmente son los demás los que lo perciben mejor, ya que la persona está tan focalizada en su propio estrés que es difícil que vea los cambios de conducta e incluso de salud que le están sucediendo. Es importante que la persona sea consciente de lo que le está sucediendo para que pueda empezar a trabajar para ponerle remedio.

Prevenir el estrés laboral

Nuestro puesto de trabajo es el sitio dónde más horas pasamos al día. Si es un sitio desagradable o que nos provoca estrés, realmente podemos estar poniendo en peligro nuestra salud.

Para poder prevenir y mitigar los efectos del estrés laboral hemos elaborado una pequeña guía de consejos. Lo ideal es que los sigas todos, pero si ves que, de momento, es imposible para ti, empieza por el que más sencillo te parezca y cuando lo estés llevando a cabo y lo tengas integrado pasa al siguiente.

Sigue una dieta saludable

Somos lo que comemos. Cada cuerpo necesita un aporte calórico y vitamínico diferente. Planifica una dieta semanal saludable, si tienes dudas sobre qué aportes necesitas quizás te pueda ir bien acudir a un experto en nutrición para que te haga un plan alimentario personalizado.

En general: come frutas y verduras frescas, limita el consumo de carne roja y pescado azul, hidrata tu cuerpo con agua e infusiones, evita en la medida de lo posible los fritos y la bollería.

Descansa tu cuerpo y tu mente

Es importante intentar dormir todo lo que tu cuerpo necesite para estar descansado. Ocho son la media de horas que las personas necesitan dormir para reponerse, pero es sólo una media, es decir, hay personas a las que les basta con dormir seis horas para levantarse frescas y preparadas para afrontar un nuevo día, y otras que necesitan diez.

Aprende a conocer tu cuerpo y si descubres que necesitas dormir más horas, intenta acostarte antes y alargar al máximo la hora hasta que suena el despertador. Sobretodo, evita poner el despertador una hora antes de la hora que realmente te tienes que levantar. Eso sólo hará que estés privando a tu cuerpo del descanso de una hora más.

Practica ejercicio físico

El ejercicio ayuda a nuestra mente a desconectar y nos provoca una serie de reacciones fisiológicas que nos ayudarán a conciliar el sueño, por una parte, y a estar más lúcidos al día siguiente por otra. Además ayuda a nuestro sistema cardiovascular, por lo que estaremos reduciendo la sensación de ahogo y de aceleración de la respiración así como reduciendo la probabilidad de sufrir un infarto.

Quizás no tengas tiempo para ir al gimnasio entre semana, pero los fines de semana puedes salir a caminar, aunque sea por la ciudad. Sustituye tu tarjeta de transporte por un calzado y una indumentaria cómoda y camina o corre suavemente. Durante la semana puedes intentar bajar una parada antes en el metro y realizar el resto de trayecto caminando o bien poner música en casa y bailar mientras la pones en orden.

Organízate las semanas

Una de las consecuencias del estrés es que la persona que lo sufre tiene la sensación de no ser capaz de manejar su vida, una sensación de descontrol absoluto que no sólo afecta a lo laboral sino que puede pasar también a lo personal.

Así pues, será importante que te organices las semanas. Quizás te sirva llevar una agenda de papel encima, o hacerlo a través de la agenda del teléfono móvil. En todo caso intenta planificar las semanas con antelación y sigue tu calendario establecido. Al final de la semana, revísalo y, si crees que hay que cambiar o modificar alguna cosa, hazlo.

Afronta los problemas

No dejes pasar los problemas ni en el plano laboral ni en el personal. Cuanto más tiempo tardes en ponerle solución a un problema, más grande se hará éste, más difícil de manejar y, por lo tanto, más contribuirá a la sensación de estrés.

Practica la comunicación asertiva e intenta solucionar hábilmente los problemas del día a día. Sigue un proceso lógico: plantéate el problema claramente, piénsalo desde un punto de vista externo, piensa una solución y ponla en práctica.

No te enfades contigo mismo

Estar estresado le puede pasar a cualquiera. Hay momentos en los que las demandas del entorno laboral pueden ser demasiadas para nuestras capacidades o para nuestra dedicación horaria. No te culpes por ello e intenta relativizar los sentimientos.

Piensa en qué le dirías a una persona que se encontrara en tu misma situación. Probablemente le entenderías e intentarías quitarle hierro al asunto, ¿verdad? ¿Por qué tenemos que ser más estrictos con nosotros mismos que con los demás?

Felicítate y aprende de tus errores

Cuando hayas hecho bien una tarea, o la hayas entregado a tiempo, o hayas conseguido un logro, por pequeño que te parezca, felicítate. Date ánimos para continuar adelante trabajando duro y bien. Incluso, celébralo con tus compañeros o tu familia. Las cosas deben celebrarse.

Cuando alguna cosa no te haya salido como esperabas, no te derrumbes, pero tampoco eches la culpa a los demás «es que la fotocopiadora no funcionaba», «es que Rodríguez me dio tarde su informe»; nada de eso. Asume tus errores y aprende de ellos. Asume la responsabilidad de tus actos y sé sincero contigo mismo.

Practica una técnica de relajación

A través del control de la respiración, de los músculos y de la mente, las técnicas de relajación te preparan para aceptar e integrar la tranquilidad en tu día a día. Guiado por un buen terapeuta, puedes llegar a notar sus efectos desde la primera sesión.

En Siquia ya te hemos hablado de la técnica de Jacobson, así como de las técnicas de inducción y relajación, pero hay muchas otras que se pueden adaptar perfectamente a tus necesidades. Las técnicas de respiración puedes aplicarlas en tu propio lugar de trabajo, y si has entrenado tu mente para la relajación notarás enseguida sus efectos en el día a día.

Acude a un profesional si es necesario

Si crees que estás bajo los efectos del estrés laboral quizás te interese una sesión personalizada con uno de nuestros psicólogos especializados en estrés o ansiedad. Puedes contactar con ellos aquí.

 Diez consejos para superar el duelo