¿A qué nos referimos con Trastorno Obsesivo Compulsivo?
Cuando hablamos del Trastorno Obsesivo Compulsivo, más comúnmente conocido como TOC en nuestro argot psicológico, nos referimos a un trastorno de origen biológico, concretamente un desequilibrio de serotonina (una sustancia química cerebral relacionada con la depresión, ansiedad, problemas de sueño, entre otros) y psicológico (detrás del trastorno, existe también una historia de aprendizaje).
El TOC se cataloga dentro de los trastornos de ansiedad y es el 4º trastorno psicológico más común entre la población.
¿Cuáles son los síntomas del TOC?
El TOC, se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones repetidas que causan malestar intenso psicológico en la persona e interfieren en la rutina, trabajo, actividades sociales, relaciones familiares, etc.
Nos referimos a obsesiones, cuando hablamos de ideas o pensamientos generalmente repetitivos, desagradables y no deseados, que aparecen de forma incontrolable y asociados a un alto nivel de ansiedad. Por otro lado, para hablar de compulsión lo hacemos, cuando nos referimos a un comportamiento ritual que se lleva a cabo durante más tiempo de lo normal, de forma igualmente repetitiva, al que el niño acude para reducir la ansiedad provocada por las obsesiones.
Para alguien ajeno es este trastorno, estas conductas repetitivas y rituales, carecen de sentido, pero quien padece TOC no puede evitarlas, pues le provocan ansiedad y angustia, causándole un gran sufrimiento.
Compulsiones más frecuentes:
- Limpiar constantemente sin soportar la sociedad.
- Preocupación excesiva por el orden.
- Acumular cosas sin desprenderse de nada.
- Repetir constantemente una acción.
- Lavarse continuamente hasta generar un problema dermatológico.
Obsesiones más frecuentes:
- Piensan en la posibilidad de que les suceda algo a ellos o algún familiar cercano.
- Piensan que ellos o sus padres pueden tener una enfermedad grave.
- Miedo a contaminarse.
- Temor a equivocarse o hacer las cosas incorrectamente.
En los niños más pequeños suelen predominar las primeras.
¿Cuándo preocuparse?
Cuando un niño, no hace con el mismo grado de tranquilidad, relajación o alegría un acto repetitivo que es un juego que un acto que se siente obligado a realizar.
Por ejemplo: si se le interrumpe mientras está realizando una conducta que es para él un juego, el niño dejará lo que estaba haciendo y se quedará tranquilo; si en cambio, se trataba de una compulsión que forma parte del TOC, aparecerá irritabilidad, porque se le ha interrumpido en una conducta para vencer la ansiedad. Ante algún síntoma de alarma lo recomendable es acudir a un especialista, ya que éste está capacitado para realizar un diagnóstico y un tratamiento adecuado.
No hay que olvidar que durante la infancia, se dan muchas conductas compulsivas que no corresponden a TOC, como puedan ser: jugar a no pisar las rayas de la acera mientras camina, llevar un objeto concreto a un examen porque considera que le da suerte (…..) pero este niño es alegre, sociable, tiene amigos, su proceso de aprendizaje es correcto y va bien en el colegio.
Consecuencias del TOC
Las repercusiones se dan en tres áreas importantes en la vida del niño:
- Cambia su comportamiento y su carácter, mostrándose más retraído, irritable y hostil. Se muestra más triste sin motivo aparente.
- Baja su rendimiento escolar, porque es incapaz de concentrarse.
- Ámbito social. No tiene amigos, ya que presta atención a sus obsesiones y compulsiones demasiado tiempo.
¿Cómo se trata el TOC infantil-juvenil?
Como en los adultos, se utiliza tanto el tratamiento farmacológico como la terapia cognitiva-conductual que sirve para reeducar los hábitos del niño y para que aprenda a controlar su ansiedad.
Con el tratamiento se reduce el sufrimiento tanto en el niño como en los familiares.
En cuanto al tratamiento farmacológico, los fármacos más utilizados y de más apoyo empírico son los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS). La medicación suele resultar un tratamiento eficaz a corto plazo, porque genera una rápida mejora en el paciente.
Sin embargo, resulta muy importante combinar el tratamiento farmacológico con el tratamiento psicológico. Con el tratamiento psicológico, se han producido resultados muy alentadores. El protocolo más utilizado en este tratamiento suele constar de diversas fases:
- Psico-educación. Descripción del problema, información de los beneficios del tratamiento cognitivo-conductual, presentación del protocolo).
- Técnicas de relajación y respiración.
- Manejo del termómetro de la ansiedad y comienzo de la jerarquía de las respuestas obsesivas y compulsivas.
- Terapia cognitiva. Auto instrucciones, restructuración cognitiva y trabajo de la objetividad.
- Planteamiento y comienzo de la exposición con prevención de respuesta.
- Abordaje del papel de la familia en el trastorno y toma de decisiones acerca de la implicación de los rituales.
- Prevención de recaídas.
Tanto la familia como los profesores de un niño con TOC, deben estar coordinados por un clínico que asista al niño. Es necesario comprender en qué consiste el trastorno. La mayoría de las veces la familia participa en las compulsiones y rituales del niño, sin darse cuenta de que con ello, están reforzando las conductas del niño.
Un niño con TOC, no es un niño que se porta mal, es un niño que se siente impulsado a llevar a cabo determinadas conductas para reducir su ansiedad.
Recursos utilizados
Asociación de Trastornos Obsesivos-Compulsivos. Niños como yo: guía práctica para padres. Barcelona. 2009. Rosa Alcázar, A.L. y Olivares Rodríguez, J. (2010). El Trastorno Obsesivo Compulsivo en niños y adolescentes. Madrid: Pirámide
Sobre la autora del artículo
Paqui González Gil. Psicóloga. Experta en cuadros de ansiedad y estrés. Experta en Neuropsicología Clínica. Fundadora de la Clínica “Neurocrezimiento” en Madrid. Neuropsicóloga colaboradora de la Asociación de Expertos al Cuidado del Mayor (AECUM) en las áreas de Prevención y Daño Cerebral en su delegación de Alcalá de Henares. Docente en el Máster de “Evaluación e Intervención Logopédica” de Isep-Madrid.