La práctica del stealthing («sigilosamente» traducido del inglés) ha sido penada por segunda vez en España, pese a no estar regulada por el Código Penal español.

Esta práctica consiste en el acto de quitarse el preservativo de manera sigilosa durante una relación sexual sin el conocimiento y sin el consentimiento de la otra persona.

«El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses».

Apartado 1 del artículo
181 del Código Penal

Es considerado abuso sexual por el hecho de que no existe intimidación ni violencia. Dos personas acuerdan verse con el objetivo de tener relaciones. El problema está en que el hombre decida quitarse el preservativo sin consultarlo primero, sin consentimiento, por lo que la indemnidad sexual de la víctima se ve atacada, ya que ésta solo consintió el acto sexual con el uso de preservativo.

Quitárselo implica embarazos no deseados o la transmisión de enfermedades sexuales.

Así ha ocurrido en Sevilla, donde se ha aprobado la segunda condena por stealthing. El acusado ha sido condenado a cuatro años de cárcel por este abuso sexual, a los que se añaden otros seis meses por delito de lesiones, ya que el hombre se quitó el preservativo a sabiendas de que tenía una enfermedad. Era consciente de que podía transmitírsela a la mujer con la que mantuvo relaciones sexuales y, así, fue contagiada de chlamidia trachomatis. Además de ese periodo de cárcel, debe pagar una cantidad de 13.000 euros a la víctima como indemnización por el contagio.

En el momento en el que tu pareja se quita el preservativo sin consultártelo, estáis manteniendo unas relaciones sexuales no consentidas y está atacando gravemente tu libertad sexual. ¿Conoces algún caso similar?