infideltiy

Una de las experiencias más dolorosas que puede tener el ser humano es que su pareja le traicione, le sea infiel.

Por esto, y sin perder de vista que nadie es culpable de ninguna conducta mientras no la ejecute, bueno será que hagamos un repaso de los antecedentes familiares, de las características estables de personalidad,  y del comportamiento más reciente que nos avisan de que determinada persona tiene altas probabilidades de engañarnos.

Sobre su pasado familiar

Aquellas personas que han vivido, en la figura de sus padres, historias de infidelidad, tanto afectivo-sexuales, como de otro tipo (se puede ser infiel a la pareja en un momento de enfermedad o en otras circunstancias) son más proclives a ser infieles con sus parejas, excepto en un caso: cuando lo cuenta con evidente dolor.

También quienes en su familia, y durante su niñez, no han visto puesto en valor el concepto de lealtad, de compromiso. Esto ocurre por ejemplo cuando no se critica que el niño incumpla su palabra para con un compañero de clase, o cuando se vive con normalidad que no salga en defensa de su hermano menor atacado en el patio del colegio, o cuando se permite que el adolescente “pase” de la familia cuando ésta pasa por momentos de dificultad. En definitiva cuando no se le da valor a ser fiel al grupo al que se pertenece, familia, amigos, etc.

Son más proclives a la infidelidad quienes han visto que el cariño de sus mayores no era incondicional, sino “a cambio de ser fiel a” : a querer más a mamá que a papá, a seguir destacando en los estudios, a elegir la profesión de papá… pues llegan a desarrollar una especie de aversión a la fidelidad.

Características personales

Hay personas cuyo físico ha sido favorecido por la naturaleza. Son personas atractivas, elegantes, o simplemente con un saber estar del que lógicamente están satisfechos. Nada de esto aumenta las probabilidades de que esa persona sea infiel, excepto en un caso: que base su autoestima casi exclusivamente en esa característica. En este caso, y cuando su ánimo atraviese horas bajas, estará másntentado que otras personas a explotar ante el sexo opuesto su capacidad de seducción. La idea de ser infiel se le hará especialmente útil y fácil.

Todos escuchamos historias de infidelidad, de personas infieles y de personas engañadas, pero la reacción ante estos relatos varía. Quienes al escuchar la infidelidad ajena la califican por sistema de divertida, al infiel de astuto o inteligente, quienes nunca dejan ver una muestra de pena y solidaridad con la víctima tienen mayor probabilidad de ser infieles a su pareja.

Sobre su comportamiento presente

Con independencia de los valores y experiencias que su pareja haya tenido en la familia de origen, y de las actitudes que de manera estable manifieste, pueden ser motivo de preocupación por posible infidelidad las siguientes conductas cuando anteriormente no eran habituales:

  1. Si ha abandonado viejas reivindicaciones afectivas y/o sexuales hacia usted. Por supuesto que el que lo haya hecho no indica que necesariamente tenga un amante, pero si es cierto que este tipo de reivindicaciones suelen cesar cuando las personas se deciden a buscar lo que desean “en otra parte”.
  2. Si tras largo tiempo en el que su pareja ha sido activa sexualmente, pero lejana afectivamente, este patrón de conducta se altera. O viceversa. Un patrón de conducta tan importante, si es mantenido durante largos años, no puede cambiar por muchas cosas. Una de ellas, no la única, puede ser por que haya iniciado una relación extra matrimonial.
  3. Si tras algunas salidas aparentemente “inocentes”  su estado de ánimo mejora de forma ostensible,  aunque pasajeramente.
  4. Si el repertorio de juegos sexuales de que es capaz su pareja varía de manera notable y brusca.
  5. Si de manera inesperada e inexplicable está con usted más atento/a y si esto coincide con salidas aparentemente justificadas “por motivos de trabajo” etc.

Final

Ninguno de estos puntos aisladamente observados en su pareja garantiza que le esté siendo infiel. Si son varios los que ha detectado tampoco, pero las posibilidades aumentan.

Si es así y la sospecha produce en su corazón un nivel importante de desazón, le recomiendo que exponga sus temores a su pareja. De su reacción más que de sus palabras podrá deducir si las sospechas eran o no fundadas. En cualquier caso, siempre es menos lesiva para la relación de pareja una conversación franca y abierta sobre estos temas, que la permanente duda.

Sobre el autor de este artículo

Esteban Cañamares Psicólogos OnlineEsteban Cañamares es psicólogo clínico y sexólogo con Nº colegiado M-09659. No le gusta hacer perder el tiempo ni el dinero a sus pacientes. Por ello, Esteban no adopta formas fijas de trabajo ya que considera que cada individuo necesitará una metodología concreta para ser ayudado. La franqueza, la honestidad y la confidencialidad caracterizan su trabajo como terapeuta, que además complementa con la escritura – ha publicado un total de cinco obras. Lo único a lo que dice “no” es al tratamiento de casos cuyo eje del problema sea la adicción a drogas ni deterioros orgánicos.

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