Psicólogos onlineTener una buena confianza en uno mismo es imprescindible para triunfar en la vida, signifique eso lo que signifique para cada uno. El triunfo puede ser formar parte de una gran familia, regentar una empresa multinacional, o ser el mejor deportista de tu época.

Sea lo que sea lo que tienes en mente, es importante que trabajes tu confianza en ti mismo y descubrir que tú mismo eres tu propio aliado, pero también tu máximo limitador.

1. Cuídate por fuera y por dentro

A pesar de que el aspecto físico no lo es todo, sí que es verdad que nos puede hacer cambiar nuestra perspectiva de nosotros mismos y de los demás.

Así que el primer paso para ganar confianza en ti mismo es sentirte a gusto con tu aspecto. Aunque no te apetezca demasiado arreglarte, intenta escoger cada mañana la prenda que mejor te sienta, aquella con la que realmente te sientes ganador. Arréglate el pelo y dedica un tiempo a aplicarte una base hidratante en la cara y a maquillarte ligeramente.

Por supuesto, también será importante que cuides tu alimentación, no se trata de hacer una dieta especial, simplemente de ser consciente de lo que comes. Come sólo aquello que sabes que te sienta bien, intenta prescindir de las comidas muy copiosas que solo resultan en una sensación desagradable.

Intenta, además, hacer un poco de ejercicio físico diariamente. Ves caminando al trabajo o a hacer los recados. Sal a pasear durante una hora cada día, sube las escaleras del metro o baja del bus una parada antes de la tuya.

Cuando te mires al espejo y te guste lo que ves, te sentirás mucho más poderoso y cautivador y tu actitud hacia ti mismo y hacia los demás cambiará.

2. Imagínate que tienes una gran confianza en ti mismo

Parece una tontería, pero no lo es. Cuando estés ante una situación que te genera dudas sobre tu capacidad para llevarla a cabo piensa: «¿qué haría en mi lugar una persona que tuviera una alta confianza en si misma?».

Analiza qué diría esa persona, cómo se movería, qué cosas se diría a si mismo, etc. Cuando lo tengas claro: hazlo. Sí, actúa como si fueras esa persona confiada de si misma. Haz lo que ella haría, di lo que ella diría, muévete como ella se movería.

Si no te sientes capaz de hacer este ejercicio de imaginación, intenta fijarte bien en una persona que creas que tiene una alta confianza e imita sus movimientos y palabras. Fíjate bien en lo que hace y dice e intégralo en ti mismo para llevarlo a cabo en la próxima situación en la que te encuentres.

Este ejercicio es ideal para llevarlo a cabo inicialmente en contextos poco habituales para ti o en los que la gente no te conozca demasiado. Piensa que, si no te conocen en profundidad, nadie puede saber si estás actuando o no, así que siéntete libre para no sentirte juzgado.

Al principio quizá te parecerás un poco forzado a ti mismo, es normal, pero poco a poco irás integrando todas esas conductas en tu registro habitual y te darás cuenta de que, a medida que lo vas haciendo, tu confianza en ti mismo va creciendo.

3. Atrévete a hacer cosas nuevas y divertidas

A menudo nos tomamos la vida demasiado en serio. Sólo guardamos tiempo para trabajar, cuidar la casa y, con suerte, pasar un tiempo agradable con nuestra familia.

Intenta sacar un poco de tiempo libre para hacer cosas divertidas y sin importancia. Pon música en casa y baila como si no hubiera mañana, celebra tu fiesta de cumpleaños en un parque infantil con colchonetas y castillos inflables y disfruta riéndote y desmelenándote con tus amigos, las posibilidades son ilimitadas.

Si consigues empezar a hacer estas cosas aparentemente sin importancia, poco a poco irás teniendo más confianza para lanzarte a hacer aquellas cosas más importantes y lo harás con la seguridad de que, cuando te lanzas, te lo pasas bien. ¿Qué es lo peor que podría pasar si te lanzaras?

4. Habla con desconocidos

Piensa en el típico «ligón», ¿crees realmente que nunca le rechazan? No, seguro que le han rechazado muchas más veces que a ti, pero porque él, simplemente, se lanza. Se atreve a que le rechacen y no le importa demasiado porque sabe que a la vuelta de la esquina le está esperando otra oportunidad que no dejará pasar.

Muy a menudo la falta de confianza en nosotros mismos viene dada por el temor al fracaso y al rechazo. A nadie le gusta que le digan que no cuando pide una cita, en general no nos gusta pedir ayuda porque tenemos miedo de que los demás nos rechacen.

Así que un buen ejercicio para empezar a trabajar este aspecto es hablar con desconocidos. Aprovecha cuando salgas a comprar y habla con los dependientes de las tiendas, no solo para pedirle el pan o la fruta, intenta que la conversación dure un poco.

Interésate por la gente de forma genuina y atrévete a interactuar con ellos. Pregunta una dirección por la calle, atrévete a iniciar una conversación en una fiesta donde hay gente que no conoces, etc.

Cuando lo hayas hecho verás que en la gran mayoría de casos, la gente responde muy positivamente a tus comentarios e intentos de conversación. En algunos casos, por supuesto, tendrás que lidiar con la decepción del rechazo, pero piensa en positivo: si rechazan tu conversación es que no la merecen. Ves a por otra persona que sí la merezca.

5. No olvides lo que has conseguido en el pasado

La mente humana a veces es muy tramposa. Muchas personas que no confían en sí mismas suelen repetir esta frase, o una similar, a menudo «nada me sale bien, no consigo lo que me propongo».

Eso es, en todos los casos, erróneo. Es imposible que nada te haya salido bien, y lo sabes, pero tu falta de confianza en ti mismo no te lo deja ver.

Para no olvidar qué es lo que has conseguido en el pasado, un sencillo ejercicio: un día que te sientas un poco más optimista coge una libreta y apunta todos los éxitos que has conseguido en la vida hasta ahora. Desde los más «banales» (como aprender a abrocharse un botón) a los más «importantes» (como acabar los estudios).

Guarda esa libreta a buen recaudo y ves añadiendo cada pequeño logro que consigas. De esta manera, cuando sientas que no puedes hacer frente a un nuevo reto y sientas que tu confianza en ti mismo empieza  a disminuir, tendrás siempre a mano tu yo del pasado que te recordará cuánto has conseguido hasta ahora.